EL ATAQUE DE LOS TOMATES ASESINOS
Attack of the Killer Tomatoes!
John DeBello, 1978
Muy probablemente, ustedes han tenido o tienen uno de esos amigos que intenta desesperadamente hacerse el gracioso. El tipo no es mala persona, ni siquiera es del todo antipático; sino que simplemente no es tan gracioso como cree y parece no darse cuenta de que las risas que siguen a sus chistes son más provocadas por lástima que por buen humor. Aun así, lo estiman y lo aprecian porque, en el fondo, tiene buenos sentimientos. Lo mismo pasa con El ataque de los tomates asesinos.
Parodiando las películas baratas de ciencia ficción de los 50 y 60 –también hay una parodia de Tiburón (Spielberg, 1975)–, El ataque de los tomates asesinos cuenta la historia de un grupo de jitomates mutantes que comienzan a perpetrar violentos asesinatos para después llevar a cabo una invasión a gran escala que cimbrará los cimientos de la civilización entera. Será tarea de un pintoresco equipo de “expertos” reunido por el gobierno de EE.UU. el detenerlos.
No puedo recordar con exactitud cómo fue que llegué a tener conocimiento sobre la existencia de esta cinta; pero sí recuerdo que fue a muy corta edad. Desde que estaba en el kínder sabía que existía una peli titulada El ataque de los tomates asesinos, aunque en mi ignorancia de la etapa preescolar creía que se trataba de una cinta de terror. Poco a poco fui descubriendo la verdad sobre de qué iba la peli, pero no fue sino hasta los últimos años de la adolescencia que la vi.
Y me acuerdo que me reí… pero también recuerdo que no fue con muchas ganas. No he visto ninguna de las secuelas, aunque de niño me gustaba la serie de dibujos animados.
Algunas películas son tan malas que terminan siendo buenas. Otras muchas, como ésta, simplemente son malas malas. Algunos realizadores desde un inicio deciden que su película estará mal hecha a propósito y que ésa será precisamente su principal vis comica. Pero no a todos puede salirles bien. A pesar de ello, El ataque de los tomates asesinos tiene algunos puntos rescatables, la verdad es que hay algunas cosas que sí me dan risa.
Filmada casi enteramente en locaciones en San Diego, California –algunas secuencias en lugares públicos fueron filmadas sin contar con permiso de las autoridades–, y con un ínfimo presupuesto de apenas USD$90,000 –gran parte del cual se obtuvo gracias a préstamos y donaciones por parte de familiares de los realizadores–, la película sí llega a ser un claro ejemplo de lo que se puede lograr cuando la gente de veras tiene ganas de hacer las cosas… Digo, la calidad del resultado ya es otra cosa, pero de que lograron producirla y estrenarla, lo lograron.
De hecho, la escena más costosa de toda la película fue la del helicóptero que se estrella en el fondo de una de las tomas. El choque fue real. Por un descuido, el rotor de cola de la aeronave golpeó el suelo, lo que ocasionó que perdiera el control, resultando en un piloto herido y varios extras aterrorizados. Los actores improvisaron las secuencias siguientes frente al helicóptero en llamas. Puesto que la nave era rentada, la producción tuvo que pagar cerca de USD$60,000 por él… es decir, dos terceras partes del presupuesto de toda la peli se utilizaron para cubrir el costo del siniestro.
Una cosa que me llama la atención es cómo mucho del humor de la cinta se basa en chistes políticamente incorrectos que, en nuestra época de censura y libertad de expresión coartada, serían simplemente inadmisibles. ¿O qué les parece el personaje del atolondrado maestro del disfraz que termina caracterizándose como un Adolfo Hitler negro?
El guión de la película, cuyas principales fortalezas son precisamente su falta de fuerza y falta de inteligencia que raya en la oligofrenia, sufre de una falta de cohesión que la hace terminar pareciendo más bien una colección de sketches cómicos.
La dirección es desprolija y las actuaciones prácticamente inexistentes así que, en cierto sentido, la peli logra transmitir la sensación de caos de la invasión de las malvadas frutas… creo. Muchos de los miembros del reparto jamás habían estado en una película y muchos otros nunca volvieron a actuar. El tema musical es gracioso, como también lo es el número musical de los soldados, eso sí.
A pesar de todo, esta peli, que pretendía ser una parodia de las películas de culto de animales gigantes, se convirtió en una película de culto por derecho propio y una con una de las bases de fans más leales, me atrevo a decir. Considerada una de las peores películas de la historia, la cinta fue ignorada por el público y vapuleada por gran parte de la crítica al momento de su estreno. Sin embargo, la popularidad de la cinta remontó gracias al mercado del video, que fue en el que realmente se volvió famosa.
Tanto así que New World Pictures, la compañía del Rey de la Serie B, Roger Corman, adquirió los derechos para la distribución de tres secuelas en la segunda mitad de la década de los 80 e inicios de los 90: El regreso de los tomates asesinos (DeBello, 1988), en la que se presenta al creador de los jitomates mutantes, el Prof. Gangrena (el siempre genial John Astin, quien se ganara nuestros corazones interpretando a Homero en la serie de TV Los locos Addams [1964-1966]), quien esta vez desarrolla un procedimiento para convertir los jitomates en humanos e intentar una segunda invasión; Los tomates asesinos contraatacan (DeBello, 1991), en la que el Dr. Gangrena busca dominar al mundo a través de un lavado de cerebro perpetrado desde los Talk Shows de la TV; y Los tomates asesinos van a Francia (DeBello, 1992), en la que el Dr. Gangrena escapa de la cárcel ayudado por su comando de jitomates e intenta dominar al mundo haciendo que su asistente reclame el trono de Francia haciéndose pasar por Luis XVII.
A esto súmesele una serie de dibujos animados de 21 episodios y 2 temporadas de duración (1991-1992) –que, de hecho, a nivel guión es bastante superior a las películas–, y un poco inspirado videojuego para el Nintendo Entertainment System basado en los dibujos animados (THQ, 1992), así como una miniserie en cómic publicada en 2008 como anticipación a un presunto remake cuyo proyecto jamás se concretó. Actualmente, la producción de una nueva secuela de la saga se encuentra en proceso.
A fin de cuentas, si uno se siente aburrido de comedias tontas… y está en el humor para una comedia francamente idiota, El ataque de los tomates asesinos podría ser la respuesta.
SPOILER Quizá la mayor aportación de El ataque de los tomates asesinos es que se piratearon el final para Marcianos al ataque (1996), de Tim Burton. TERMINA SPOILER
PARA LA TRIVIA CON SPOILER: La Canción Puberty Love, interpretada en la peli por la parodia de Donny Osmond, Ronny Osmond, fue interpretada por el músico y compositor Matt Cameron, quien creció para convertirse en un bello cisne… ¡No, no es cierto! Creció y se convirtió en el baterista de Soundgarden y, posteriormente, de Pearl Jam.
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muy buena la reseña pero la verdad yo no sabia que existía esta cinta, se ve graciosa la voy a ver pienso que pasaré un buen rato.
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Se convirtió en un clásico… o algo así. La verdad es que tiene sus buenos momentos.
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