X-MEN: DARK PHOENIX
Dark Phoenix
Simon Kinberg, 2019
El cómic de los X-Men apareció por primera vez a mediados de la década de los 60. Stan Lee y Jack Kirby estaban un poco cansados de tener que explicar de dónde venían los superpoderes de cada nuevo personaje que creaban, así que plantearon la idea de una nueva generación de seres humanos con mutaciones diversas que les daban habilidades fantásticas. La estrategia funcionó y ayudó a que los arcos argumentales de los cómics se narraran de forma más fluida sin necesidad de detenerse a explicar de dónde rayos había salido tal o cual personaje, pues la explicación se había dado a priori: eran mutantes.
Pronto, los X-Men y sus aliados y enemigos mutantes sirvieron como una metáfora/foro para hablar sobre la discriminación y la segregación. No es por nada que aparecieran en una fecha tan cercana al inicio oficial del Movimiento por los Derechos Civiles en EE.UU. Con el tiempo, las historias y los personajes de los X-Men fueron volviéndose más y más complejos hasta que, a finales de la década de 1970, el guionista Chris Claremont y el artistas John Byrne crearon uno de los Eventos Marvel que redefiniría el Universo Marvel; un arco argumental oscuro, nihilista, complejo, psicológicamente denso y emocionalmente sobrecogedor conocido como la Saga de Dark Phoenix.
La película más o menos retoma el argumento de los cómics. Durante una misión espacial para rescatar a un grupo de astronautas, Jean Grey (Sophie Turner) es poseída por una maligna energía cósmica oscura que la vuelve más poderosa aún que el mismo Profesor X (James McAvoy). Los nuevos poderes de Grey, ahora conocida como Phoenix, despiertan en ella tormentosos recuerdos reprimidos sobre su terrible pasado, lo que la lleva a una incontrolable espiral de destrucción que la convierte no sólo en un peligro para sí misma y para sus compañeros, sino también para toda la humanidad. Por si esto fuera poco, alguien más está buscando el poder oscuro que se aloja en el interior de Phoenix.
Toda película empieza con un guión… bueno, no; muchas películas costosas en realidad empiezan con un estudio de marketing. Pero lo que define realmente qué se va a hacer con la película es el guión. Como sea, en el caso de Dark Phoenix el guión es bastante malo. A nivel argumental no está tan dado al traste, pero los diálogos son verdaderamente nefastos. Si bien algunas de las situaciones que se plantean a nivel anécdota son interesantes; luego el guión se encarga de darles en la madre con parlamentos clichesosos, acartonados y súper predecibles. Odio cuando veo una película y sé exactamente qué es lo siguiente que va a decir el personaje que está en pantalla.
La dirección de la película es completamente desprolija. Las actuaciones de todo mundo se ven burdas y sin matizar, y el tono de toda la película es lacónico y superficial. Digo, estamos hablando de un evento que lisió a los X-Men como equipo y que cuestionó la integridad de Charles Xavier, el universo entero de los mutantes se cimbra… esto debería ser mucho más cercano a una tragedia clásica y, en vez de eso, termina siendo un melodrama ramplón en tono de telenovela. ¿Por qué el director eligió este tono y este ritmo para una película que debía ser mucho más intensa?
Como lo mencioné arriba, el argumento pone en entredicho la integridad y la ética de Charles Xavier y eso medio se asoma entre lo que vemos en pantalla. Y bueno, uno esperaría que eso repercutiera de forma más honda, que le causara conflicto a Xavier… pero no es así. En vez del periplo y anagnórisis que se esperarían del personaje, la transición entre “soy orgulloso y no acepto mis errores” y “está bien, la cagué” se da de forma artificial y superflua casi en un instante… como si de repente se hubiera dado cuenta de que se le estaba acabando el tiempo a la peli y no había hecho nada.
Las actuaciones de todos están en un nivel apenas decente, si acaso podrían rescatarse Kodi Smit-McPhee como Nightcrawler y Nicholas Hoult como Bestia. Y si la caracterización interna de los actores está apenas dibujada, la externa se pierde por completo en el caso de Turner. La verdad es que me costaba trabajo identificarla como Jean Grey. Tanto Fassbender como McAvoy, cuyas interpretaciones como personajes que antes fueran encarnados por Ian McKellen y Patrick Stewart, se sienten increíblemente desperdiciados.
Y ya que hablé de las caracterizaciones, debo hablar sobre el maquillaje y lo disparejo que se ve. Los maquillajes prostéticos de Mystique (Jennifer Lawrence), Bestia y Nightacrawler se ven geniales, y agradezco profundamente que crearan a dichos personajes a través del maquillaje y no con CGI, como es la tendencia actual. Por otro lado, el maquillaje de Phoenix es bastante raro… digo, para empezar, se nota a leguas que es maquillaje y, lo que es más, se nota completamente anacrónico.
De hecho… se supone que esta historia sucedería en la década de 1990, ¿no? Tal cual, está situada en 1992 como homenaje a la serie de dibujos animados de X-Men (1992-1997) que se estrenó ese año; lo digo porque absolutamente nada se ve como de los 90. Ni la ropa, ni los automóviles, ni el maquillaje ¡ni absolutamente nada!
Algunos efectos especiales se ven bien; pero sin duda, la superposición en los escenarios virtuales y la gran mayoría de las secuencias creadas con Green screen se ven terribles… Luego creo que debo retractarme: sí hay algo que se ve de los 90 ¡Sus malditos efectos con Green screen! Cuando llegué a casa después de ver esta peli, me puse a ver Los Goonies (Donner, 1985)… ¡Y se ve mucho mejor! Una película de 34 años antes, cuyos efectos fueron resueltos con impresión óptica y pintura mate.
Muy probablemente, gran parte de la falta de cohesión de la película se debe a que estaba programada para estrenarse a finales de 2018, pero Twentieth Century Fox, sintiéndose insegura sobre el look de la cinta, decidió regrabar grandes porciones de ésta. Como resultado de estos reshoots, y de una tormentosa post-producción, la apariencia del personaje de Dark Phoenix fue drásticamente alterada y el tercer acto fue cambiado casi por completo.
Los villanos son completamente anodinos y olvidables, y creo que en realidad son completamente innecesarios para la trama. SPOILER Del mismo modo, el final de la cinta está tan desangelado y es tan superfluo… para cuando aparecen los créditos finales, francamente parece que a todos los X-Men les valió madres el destino de Jean… y al público, también. TERMINA SPOILER
Finalmente, que me perdone quien me tenga que perdonar, pero debo decirlo: me gustó más el tratamiento que le dieron al arco de Dark Phoenix en la infumable X-Men III: la batalla final (Ratner, 2006).
Además, ¿soy sólo yo o a su película de mutantes le faltaron mutantes? Tanto en las secuencias de Genosha como en las del Instituto Xavier todos se ven muy normalitos… hay un tipo con cuernos por ahí, pero si uno recuerda la trilogía original de X-Men (2000-2006), los mutantes eran más variopintos. La neta, mis alumnos de bachillerato se ven más mutantes…
Dark Phoenix marca el final de una era. Será la última película de la franquicia producida por Twentieth Century Fox antes de que Walt Disney Corporation tome el control creativo –Los nuevos mutantes (Boone, 2020) se estrenará el próximo año, pero se filmó antes que Dark Phoenix–. Los planes son rebootear la franquicia e integrarla al Universo Cinematográfico Marvel, lo cual no deja de producirme cierta nostalgia porque, a final de cuentas, es a las películas originales de X-Men a quienes les debemos el boom de cintas de superhéroes que vivimos actualmente.
En vez de despedirse con un Grand Finale, la franquicia se fue extinguiendo penosamente en un fade out. Al menos, aunque mala, la película es entretenida.
PARA LA TRIVIA: Originalmente no estaba planeado que Mystique ni Magneto aparecieran en el filme; sin embargo, fueron incluidos para darle un cierre a los personajes y en vez de que desaparecieran sin más.
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Excelente crítica
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