Resident Evil 2: Apocalipsis – La adaptación más fiel de la saga

RESIDENT EVIL 2: APOCALIPSIS

Resident Evil: Apocalypse

Alexander Witt, 2004

Bien dice el dicho que “segundas partes nunca fueron buenas”; pero de vez en cuando aparece una excepción que confirma la regla. Esta secuela originalmente se titularía Resident Evil: Nemesis ‒incluso los posters preventivos ostentaban dicho título‒, pero a última hora decidieron cambiarle el nombre por el estreno ‒y fracaso taquillero‒ de Star Trek: Nemesis (Baird, 2002), pues la distribuidora no quiso chotear el subtítulo. Sin lugar a dudas, ésta es la película de la saga que más se apega a lo planteado en los videojuegos, ya que, en lugar de desarrollar una historia original, adapta ‒muy libremente, eso sí‒ la historia del videojuego Resident Evil 3: Nemesis (Capcom, 1999). Se recrean escenas del intro de dicho juego y aparece un personaje que se parece más a Barry Burton que el Barry Burton de la quinta película. Incluso, al igual que el videojuego, sucede simultáneamente que el final de la entrada anterior y un poco después de la misma.

    Paul W.S. Anderson comenzó a escribir el guión de esta película casi inmediatamente después de concluir la filmación de la primera; pero decidió declinar el rol de director para enfocarse de lleno en dirigir Alien vs Depredador (2004).

    Después de los eventos sucedidos en la primera cinta, Ciudad Raccoon es azotada por la infección del Virus T. Un pequeño grupo de sobrevivientes, en el que se incluyen Alice (vuelve Milla Jovovich), ahora con habilidades mejoradas gracias a los experimentos que le hicieran en la primera peli; la reportera Terri Morales (Sandrine Holt), los miembros del comando especial S.T.A.R.S., Jill Valentine (Sienna Guillory en el papel que originalmente le ofrecieron a la hermosa Natasha Henstridge, de Especies [Donaldson, 1995]) y Peyton Wells (Razaaq Adoti), y el mercenario Carlos Olivera (Oded Fehr), entre otros, intentará escapar de la ciudad infestada de zombies y mutantes con la ayuda del Dr. Charles Ashford (Jared Harris). Sin embargo, ni todo el entrenamiento ni las habilidades mejoradas de Alice los han preparado para enfrentarse contra Nemesis (Matthew G. Taylor), un gigantesco mutante programado para eliminar a Alice y a los S.T.A.R.S., y que no se detendrá ante nada hasta conseguir su objetivo. 

    Lo primero que llama la atención en esta cinta es la importancia que le quitan al personaje de Alice. Entra tarde en la trama de la película y desaparece durante gran parte de ella, cediendo mucho del protagonismo de esta cinta a Jill. Lo que se agradece. A pesar de ello y de que, en el primer acto, una parte de la anécdota se centra en la historia de los mercenarios enviados por Umbrella, la película se siente equilibrada. Quizá tenga que ver el hecho de que la narrativa es increíblemente más ágil que en la primera peli. Como sea, Jill se ve genial, tanto que casi ni importa que no sepa apuntar con un arma y la sostenga como si fuera el tipo de Doom.

    El que no se ve tan genial es Nemesis. Digo, está padre y está bastante apegado a lo que se ve en el juego, hasta tiene su grito de “S.T.A.R.S.” y toda la cosa; pero la realización es un tanto deficiente. De por sí, el planteamiento del personaje en la película no me encanta y para rematar hay tomas en las que sí parece como de máscara de Halloween, por no mencionar que sus armas se ve que son de plástico. Para crearlo, usaron una máscara animatrónica y animación digital ‒para el ojo que es su única forma de comunicación‒; pero en la edición en Blu-Ray ya se ven los dientes del actor que estaba dentro de la botarga. Aquéllos que jugaron el videojuego recordarán que cuando Nemesis se aparecía ponía al jugador a temblar. La versión de la pantalla grande no llega a eso, pero se acerca un poquito.

    La botarga de Nemesis medía 2.21m de alto y, en total, pesaba 45kg. Matthew G. Taylor, el doble de riesgo que interpretó al monstruo, sólo podía usar la botarga por espacios de 15 minutos, luego de los cuales debía tomar un receso.

    Los demás se ven mejor que en la primera parte, aunque no demasiado. Al menos, los zombies ya parecen zombies, los Lickers se ven muchísimo mejor, son más dinámicos, ya no “mutan” y no dan pena ajena; y los perros funcionan mejor que en la peli anterior, aunque su tiempo en pantalla es menor. Los que no se ven tan bien son los S.T.A.R.S., cuyos uniformes sí se ven muy como de cosplay de bajo presupuesto y que cuando son alcanzados por Nemesis quedan como un montón de peleles. Por cierto… ¿Por qué Carlos Olivera se ve más como Chris Redfield?

    Prácticamente todos actúan horrible, pero al menos Jovovich ha mejorado O sea, no está bien, pero mejoró) y los actores británicos están ahí como para certificar que esta madre es una película y siempre es interesante ver a Iain Glen fuera de Downton Abbey (2010-2015). De hecho, creo que es el único que actúa en las seis películas de la franquicia Anderson-Jovovich.

    Del mismo modo, el guión mejora comparado con el de la primera parte y la fotografía es competente en su mayor parte, aunque menos ingeniosa que la de la película anterior y algunas de las escenas de acción están francamente filmadas con las patas. La edición y el montaje son burdos y descuidados.

    Así como hay elementos que fueron trasladados directamente de los videojuegos, como el tranvía abandonado en el que se refugian los sobrevivientes, la toma de una horda de zombies reflejándose en un casco de la policía antimotines, la explosión nuclear que destruye la ciudad, el propio Nemesis, o el lobby del Hospital de Raccoon City, que salieron de Resident Evil 3: Nemesis; o la escena en la que Alice es perseguida por un helicóptero y suelta su pistola para recogerla en cámara lenta, que fue sacada de Resident Evil Code: Veronica (Capcom, 2000), los realizadores de esta cinta se empeñan en usar “similares”. Así, el Dr. Ashford es una clara referencia a Alexander Ashford, el aristócrata psicópata que funge como villano en RECV, y su historia es cercana a la de William Birkin de Resident Evil 2 (Capcom, 1998), aunque la forma en la que manipula los eventos está tomada directamente del personaje de Trent, que aparece en las novelizaciones de los videojuegos escritas por S.D. Perry; así como su hija, Angie Ashford, es una nueva referencia a Sherry Birkin, de RE2… quien, a su vez, era muy similar a Newt de Aliens: el regreso (Cameron, 1986).   

    En mi opinión, Resident Evil 2: Apocalipsis es la película mejor lograda de toda la saga y, por lo menos hasta que se estrenó Terror en Silent Hill (Gans, 2006), fue considerada la mejor película basada en un videojuego… lo que es un poco triste, porque la verdad es bastante mala. Uno hubiera esperado que de aquí en adelante la saga mejorara o siguiera por el mismo camino; pero, por alguna extraña razón, no fue así. De tal suerte, esta cinta se convierte en una rareza dentro de la franquicia en la que debió ser la norma.

    Por cierto, no dejen de ver el teaser de esta película, dirigido por Marcus Nispel. No sólo es uno de los mejores trailers en la historia del cine, resulta mejor que cualquiera de las películas de la saga.

PARA LA TRIVIA: Originalmente, en la película aparecería el personaje de Claire Redfield y la actriz Gina Phillips (El demonio [Salva, 2001]) había sido casteada para interpretarlo, pero abandonó el proyecto antes de comenzar la producción. El rol fue entonces asignado a Emily Bergl (La ira: Carrie 2 [Shea, 1999]), quien también abandonó el proyecto. Finalmente, el personaje fue eliminado del guión. Del mismo modo, se pretendía que el actor Jason Isaacs regresara en el papel de William Birkin ‒que aparece brevemente en el intro de la primera película‒, pero le fue imposible. Birkin fue sustituido por el Dr. Alexander Isaacs, quien lleva ese nombre en honor al actor.

PARA LA TRIVIA GEEK: En realidad, el tercer juego en la serie de Resident Evil sería Code: Veronica. Si lo piensan, tiene mucho más sentido: Claire y Chris se reencuentran, lo que cierra las líneas argumentales planteadas por los primeros dos juegos, descubrimos qué sucedió realmente con Albert Wesker, quien desapareciera al final del primer juego, y la historia sucede tiempo después de Resident Evil 2. Resident Evil 3: Nemesis sería un spin-off titulado simplemente Resident Evil: Nemesis, cuya historia sucedería antes, durante y después de los eventos de Resident Evil 2, y que explicaría la epidemia en Raccoon City. Sin embargo, en las prisas por explotar la franquicia luego del inesperado éxito de RE2, Capcom olvidó que su contrato con Sony establecía que debían desarrollar dos secuelas del primer juego en exclusiva para el PlayStation. Para cumplir con el contrato, Capcom invirtió los lanzamientos, convirtiendo el spin-off en el tercer juego de la saga y el tercer juego, en el spin-off. Aún hoy en día, muchas de las personas involucradas en el desarrollo de los juegos consideran Code: Veronica como el verdadero Resident Evil 3.

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VIRUS. La película de culto que Jamie Lee Curtis odia haber hecho.

VIRUS

Virus

John Bruno, 1999

Basada en una serie de cómics publicada por la editorial Dark Horse, esta cinta gozó de un reparto multiestelar que incluía a la scream queen Jamie Lee Curtis, Donald Sutherland (quienes a pesar de ser buenos actores han hecho muy pocas buenas películas) y Billy Baldwin. Sin embargo, poco pudo hacer el reparto para aumentar el interés en este proyecto que en Estados Unidos tuvo un recibimiento muy tibio en taquilla y en México, donde se estrenó hasta un año y medio después, su corrida por las salas de cine fue más bien gélida. El merchandising de esta cinta incluyó una adaptación en cómic (sí, un cómic basado en la película basada en el cómic…), una línea de figuras de acción de muy poco éxito y un videojuego mediocre para la consola PlayStation.

    Un barco científico ruso que funciona como torre de control para la (hoy extinta) estación espacial MIR recibe una extraña señal del espacio exterior y pierde toda comunicación con el resto del mundo. Una semana después, un pequeño barco remolcador, el Sea Star, tras haber perdido su cargamento en medio de un huracán, se encuentra con el navío ruso abandonado en el ojo de la tormenta. Movidos por la ambición, los tripulantes del Sea Star abordan el barco fantasma, sólo para descubrir que una forma de vida inteligente venida del espacio exterior ha convertido a toda la tripulación en un ejército de zombies/cyborgs asesinos… vaya, ahora que lo leo sí suena bastante mal.   

    En general, toda esta cinta es como una especie de cruza entre Aliens: El regreso (Cameron, 1986) y el remake de Barco fantasma (Beck, 1992). Aunque no por eso deja de ser entretenida… siempre y cuando uno no se ponga quisquilloso con el guión lleno de agujeros, las actuaciones apenas decentes, los efectos especiales si acaso cumplidores y el guión ramplón con todos los clichés del melodrama de acción.

    Los personajes están apenas delineados y más que nada son bocetos de personajes simples con los que actores de demostrada calidad como Curtis y Sutherland apenas si pueden trabajar. También hay entre la tripulación un montón de personajes sacrificables que, para darle diversidad étnica al asunto, cual comercial de Barbie, incluye a un supuesto cubano, a un supuesto indígena maorí y a una supuesta científica rusa. Por momentos las actuaciones de los cyborgs son mejores que las de sus contrapartes humanas.

    Y a ese respecto, debo decir que los animatrónicos utilizados en esta cinta son algo decepcionantes. Es decir, son robots que deben verse como robots, así que por ese lado no hay mucho pierde; pero en realidad se ven bastante limitados en sus acciones, como si en realidad los productores no hubieran tenido el presupuesto suficiente para el departamento de efectos especiales. También creo que, aunque el diseño de todos los biomecanoides es interesante, pudo haber sido mucho más elaborado… o quizá lo era y la escasa iluminación no permite apreciarlo en toda su gloria.

    La música corre a cargo de Joel McNeely, quien se había desempeñado más como compositor de temas musicales para programas de televisión como Pato Darkwing (1991) y Las aventuras de los Tiny Toons (1990) y para videojuegos como el clásico Star Wars: Shadows of the Empire (1996). Para esta película, la partitura de McNeely bebe principalmente de dos fuentes y, de hecho, por momentos las frases musicales que emplea son exactamente las mismas que en el soundtrack compuesto por James Horner para Aliens: El regreso y el compuesto por Christopher Young para Las mosca II (Walas, 1989).

    Por otro lado, se nota a leguas que el guión fue escrito por el mismo autor de los cómics; quiero decir, que lo único más inverosímil en esta película que las situaciones y las formas en las que Baldwin logra salir ileso de las más aparatosas demoliciones, por no decir bien peinado, son los diálogos. ¿Quién rayos habla así? Cuando uno lee esos parlamentos dentro de las páginas de un cómic quizá no se vean tan mal, pero de eso a poner a actores de carne y hueso a interpretarlos creo que hay una gran diferencia.

    En realidad, conforme la película va avanzando, uno no puede evitar sentir cada vez más y más que está viendo una mala copia de Aliens: El regreso… Pero esperen, esta cinta fue producida por Gale Anne Hurd ¡quien produjo Aliens: El regreso! ¡Rayos! ¿No es triste cuando la gente tarta de piratearse a sí misma y no lo consigue?

    En fin, en realidad si uno no tiene nada mejor qué hacer, esta película no es mala opción. No es una mala opción como película dominguera o camionera, pero no mucho más allá de eso. Si un legado puede reconocérsele, sin embargo, es que de cierta manera parece haber servido como inspiración para el genial videojuego Dead Space.

    Y con todo y lo que acabo de escribir, la verdad es que debo confesar que me gusta esta película. Quizá no es la mejor película de horror sci-fi que se haya hecho… de hecho, está muy lejos de serlo; pero tiene un cierto encanto que no se le puede negar, por no decir que la idea de los zombies-cyborgs, si bien no era nueva para aquel entonces, sigue siendo interesante, aunque no se haya aprovechado por completo en esta peli.

PARA LA TRIVIA: Jamie Lee Curtis odia esta película e incluso ha dicho que es la peor película jamás hecha. Intentó convencer a los productores de despedir al director y sustituirlo con Steve Miner (Viernes 13 parte 2, H20: Halloween veinte años después); pero Miner estaba ocupado dirigiendo Dawson’s Creek (1998-2003).

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EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES. Los zombies me dan risa.

EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES

Return Of The Living Dead

Dan O’Bannon, 1985

No digo que ésta sea la primera comedia con zombies, pues muy seguramente ese reconocimiento sea para alguna película de serie B de adolescentes bobalicones en los 50. Lo que sí puedo decir es que ésta es la cinta que creó toda una mitología al respecto y que equilibró el universo creado por la fundamental La noche de los muertos vivientes (Romero, 1968). Si alguien de ustedes, queridos lectores, sobre todo aquéllos que como yo fueron niños en los ochenta, recuerda que los zombies se alimentan específicamente de sesos, es por esta cinta.

    Según esta película, la anécdota narrada en la película de clásica de Romero está basada en un hecho real. Sin embargo, aunque en la mencionada cinta se encubrieron las causas del incidente, Frank (James Karen), el cuidador de un depósito de suministros médicos en las afueras del pequeño pueblo de Louisville, Kentucky (pueblo real donde fue filmada la cinta, quién lo creería), conoce la verdad. Y la conoce porque en el sótano del depósito hay todo un lote del químico experimental Tiroxina, que puede reanimar a los muertos, que fue entregado por error por la compañía fabricante.

    Así pues, debido a un error de Frank, la Tiroxina se fuga hacia el cementerio local reviviendo a los muertos, viejos y frescos, y generando una plaga que pone en peligro a toda la humanidad.

    Esta es una de esas películas que muy difícilmente hubieran existido fuera de su época. Y no me refiero únicamente a la banda de punks que parrandea en el cementerio y que es parte fundamental de la trama; sino que considero que hace falta un sentido de humor tan cínico, como el nacido de la desesperanza y la falta de fe en el futuro que caracterizó a la década de los ochenta, para idear una comedia como ésta y para encontrarla tan hilarante. A pesar de lo cual, el espíritu de esta cinta trasciende las épocas.

    La bomba satírica que es el guión de esta película corrió por cuenta de su propio director, el genial Dan O’Bannon (1949-2009), cuyos créditos incluyen los guiones de Alien: el octavo pasajero (Scott, 1979), uno de los segmentos de la peli Heavy Metal (Potterton, 1981) y Vengador del futuro (Verhoeven, 1990). El primer intento de O’Bannon por acercase a la comedia se dio en 1974, con la cinta escrita y actuada por él mismo Dark Star (Carpenter), y es la opinión de un servidor que el humor francamente ramplón de aquella ópera prima se fue cocinando a fuego lento hasta dar como resultado El regreso de los muertos vivientes, que depende menos del pastelazo y recae más en el chiste negro.

    También muy característico de la época en que se hizo esta cinta es su genial soundtrack. Tanto las composiciones meramente instrumentales como la selección de temas cantados para esta peli son un gran ejemplo de la moda musical de aquellos ayeres, conjugando géneros como el Hard Rock, el Pop, el High Energy y el Punk. ¿Mi tema favorito de este álbum? Estaría entre el tema principal (Tiroxine theme) y la genial Tonight (We’ll Make Love Until We Die) de SSQ.

    Es interesante notar que, aunque la cinta es sin duda una comedia, al igual que su descendiente directa, El desesperar de los muertos (Wright, 2004), no se muestra precisamente jocosa con las escenas de muerte. De hecho, no tiene reparo alguno en mostrar chorros de sangre al por mayor y zombies dándose un festín con sesos frescos… Por cierto que se supone que los muertos vivientes deben comer sesos porque es lo único que mitiga el dolor de estar muerto pues estos cadáveres reanimados son conscientes de su propia descomposición.

    A diferencia de las pelis de Romero, en las que los zombies son siempre muertos recientes, en este film prácticamente todos los organismos muertos, de cualquier antigüedad, vuelven a la vida. Lo cual lleva a una serie de situaciones chuscas  como la resurrección de un montón de animales cortados en canal y convertidos en modelos para clases de veterinaria, o el cadáver de una anciana, prácticamente momificado, que explica los motivos por los cuales los muertos hacen lo que hacen.

    ¿Y cómo olvidar al llamado Tar Man (Hombre Brea)? Se supone que él es uno de los zombies resultantes del incidente original con la Tiroxina en los 60. Quizá el maquillaje de esta criatura no es realista, sus ojos azules y saltones y su lengua rosada están sin duda fuera de lugar en un cadáver que tiene veinte años descomponiéndose (a menos que el contenedor de tiroxina haya actuado como conservador, tipo aceite o salmuera); pero sin duda son chistosísimos… aun cuando Tar Man está mordiéndole el cráneo a algún punk.

    Si bien las primeras dos cintas de muertos vivientes dirigidas por Romero no presentaron muertos vivientes memorables (digo, más allá del zombie harekrishna de El amanecer de los muertos [Romero, 1978]), esta parodia sí que lo hace. Y es que ¿cómo olvidar a la muy sexy punk ninfómana conocida como Trash (Linnea Quigley)? Como en buena película de explotación, Quigley nos regala un buen número de escenas injustificadas de desnudos, y caray, hasta después de convertirse en un cadáver andante se ve sexy. Estas imágenes, por cierto, se usaron como póster de la cinta para el mercado europeo.

    Risas, irreverencia, sangre, desnudos, más sangre, música genial y chorros de sangre ¿qué más se puede pedir? De hecho, sucede un fenómeno en extremo curioso con esta película y creo que podría ser único de ella: ésta es una de las muy pocas parodias que he visto que a su vez han generado parodias. Los casos más notorios son el segmento Marca Z para Zombie del especial de Halloween de Los Simpson La casita del horror III, y las escenas de zombies en el videojuego Metal Slug 2. En este último incluso la música es una parodia del tema de la película de O’Bannon.

    El regreso de los muertos vivientes generó dos secuelas: El regreso de los muertos vivientes parte II (Wiederhorn, 1988), que no es tan genial como la primera pero no es mala… principalmente porque en realidad es más de lo mismo, pero situada en los suburbios en vez de en la zona industrial e incluso algunos actores de la primera parte regresaron a esta secuela haciendo papeles diferentes. Y La venganza de los muertos vivientes (El regreso de los muertos vivientes III, Yuzna, 1993) que pone en la silla de director al legendario Brian Yuzna, productor de Re-Animator (Gordon, 1982), para contar una retorcida historia llena de humor negro que termina siendo una especie de Romeo y Julieta a la zombie.

    En 2005 salieron al mercado dos secuelas más, producidas directamente para video, con desastrosos resultados: El regreso de los muertos vivientes: Necropolis (Elkayem, 2005) y El regreso de los muertos vivientes: Danza Macabra (Elkayem, 2005).

PARA LA TRIVIA: Los personajes de los cuidadores de la bodega de suministros médicos se llaman Bert y Ernie, lo que es una clara referencia al programa infantil Plaza Sésamo (conocidos en México como Beto y Enrique).

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