GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL.2
Guardians of the Galaxy Vol.2
James Gunn, 2017
El volumen 2 del Awesome Mix no es tan Awesome. Lo digo literal y metafóricamente. La primera cinta de Guardianes de la galaxia (Gunn, 2014), con su humor chabacano e irreverente de niño de secundaria se robó nuestro corazón. Por si esto fuera poco, el soundtrack de la peli estaba compuesto por canciones clásicas de la música pop de los 70 y 80 que estaban bien llegadoras. Finalmente, una de las razones por las que creo que la película original funcionaba tan bien era por la forma en la que lograron que el equipo de los Guardianes de la Galaxia se integrara. Veías a este montón de seres alienígenas con personalidades completamente dispares convivir e integrarse verdaderamente en un equipo con resultados hilarantes.
Bien, pues para la secuela todo eso se fue al caño. No me malinterpreten, creo que es loable cuando los realizadores intentan hacer cosas nuevas y tratan de salir de su zona de confort, cuando quieren experimentar con la dirección en la que están llevando a los personajes y el argumento. Pero que traten de innovar no quiere decir que necesariamente funcione.
Guardianes de la Galaxia volumen 2 comienza tres meses después de la cinta anterior, cuando nuestros mercenarios favoritos son contratados por una raza alienígena conocida como los Soberanos ‒que tienen piel dorada, lo que me hizo recordar inmediatamente a los habitantes de Mongo en el universo de Flash Gordon‒, para que detengan al monstruo interdimensional conocido como Abilisk. Como parte del pago, los Soberanos entregan a Gamora (Zoe Saldana) a su hermana malvada, Nebula (Karen Gillan), quien es mantenida como prisionera. Por desgracia, Rocket Raccoon (voz de Bradley Cooper) cree que es una buena idea robar las valiosas baterías Anulex a los Soberanos, causando la furia de la sacerdotisa Ayesha (Elizabeth Debicki, excelente), su líder. Durante la huida, los Guardianes llegan al planeta Berhert, donde son interceptados por Ego (Kurt Russell), una divinidad que se revela como el verdadero padre de Peter Quill/ StarLord (Chris Pratt, ahora ídolo de las juventudes) y quien lo invita a ir con él al planeta Ego ‒se supone que, siendo una especie de dios, es al mismo tiempo un planeta y su encarnación humana‒, para enseñarlo a usar sus poderes y revelarle su propósito en la vida. Mientras esto sucede, los Devastadores, el grupo de mercenarios liderado por Yondu (Michael Rooker, a quien seguro recuerdan por su papel de Merle Dixon en The Walking Dead), quien fuera el padre adoptivo de Quill, se amotinan y lo hacen prisionero. ¿Quién salvará a Yondu y qué oscura verdad descubrirá Quill en el mundo de Ego?
Ahora que leo la sinopsis… creo que suena mucho más complicada de lo que la película en realidad es. Algo que creo que sí le duele un poco a la cinta es que le falta sustancia. Creo que eso queda claro casi de inmediato: ésta no es una película de argumento. La historia es increíblemente simple.
En muchos sentidos, esta película funciona como El Imperio contraataca (Kershner, 1980). Por principio de cuentas, la historia no avanza “horizontalmente”, sino “verticalmente”. Quiero decir que la cinta se preocupa más por profundizar en el carácter de los personajes y las relaciones entre ellos que en que realmente pase algo que haga avanzar la historia. Esto no es malo; la cosa es que, para lograr un desarrollo más rico de los personajes, tiene que dividirlos. Así, la genial dinámica de equipo que se había logrado en la primera parte se pierde en ésta y, en vez de un equipo de héroes, tenemos a dos pequeños equipos que siguen cada quien una línea argumental diferente… como sucedía en la segunda parte de la saga de Star Wars, pero no tan genial.
Del mismo modo, el Bribón con el Corazón de Oro se sacrifica por sus compañeros; se descubre la oscura verdad sobre el origen del héroe; la tensión romántica entre Gamora y Quill aumenta; la relación entre Gamora y Nebula toma giros inesperados; un personaje en el que el héroe había depositado su confianza lo traiciona; el mundo idílico no es para nada lo que parece y una nutrida lista de etcéteras. Creo que sólo faltó el sabio elemental que habla con una sintaxis invertida.
También, casi desde el inicio de esta película, el tono que se venía manejando en la anterior cambia. Trata de ser algo más oscura; pero por alguna razón no termina de cuajar. Y creo que ése es el gran fallo de esta película. Como que al final uno esperaba algo más grande, más oscuro, que dejara más secuelas en los personajes… y más o menos pasa; pero creo que no repercute con la fuerza que debería. En el Viaje del Héroe, éste es el Descenso a la panza de la ballena; pero es un descenso entre colores psicodélicos y que se queda a medias, como atorado en el cardias.
Asimismo, el sentido del humor sigue presente; pero ya no es tan gracioso. Algo pasó… es como esos episodios nuevos de Los Simpson que se vuelven deprimentes porque intentan imitar a los episodios clásicos y terminan siendo copias malas. Creo que algo parecido pasa con esta película. Creo que la cuestión es que trató de llevar la franquicia por otro rumbo; pero no supo muy bien por cuál y trató de retomar los elementos que funcionaron de la primera parte, pero de forma poco honesta… como que los pusieron ahí sólo porque es lo que el público esperaba de una película de Guardianes de la Galaxia y no porque realmente aportaran algo a la peli. El personaje de Mantis (Pom Klementieff) sí es muy gracioso.
La música que tan bien les funcionó en la cinta original, tanto que me atrevo a decir que impuso moda, en ésta se siente desangelada y anodina. Como si se hubieran acabado todas las canciones chidas en la primera película y a ésta le hubieran tocado las sobras… como cuando sacaban esos discos de compilaciones de música de tal o cual década y como pegaban luego sacaban un segundo volumen… que era notablemente inferior al primero ‒me refiero a la colección de Simply the Best…‒.
El diseño de arte es espectacular y prácticamente todo lo que aparece en pantalla se ve bastante bien, además de que hay muchas referencias visuales ‒¿Homenaje? ¿Fusil? ¿Simple coincidencia?‒ como el interior de la nave ovoide en la que viaja Ego, que me recordó muchísimo al interior de la Fortaleza negra de Krull (Yates, 1983) o la superficie del planeta Ego, que bien podría haber salido de alguna de las películas de La historia sin fin.
También la caracterización de los personajes y los vestuarios están de antología… excepto el maquillaje de Drax (Dave Bautista), que se veía raro… digo, para empezar, se notaba que era maquillaje. Algo cambiaron, porque en la primera película se tardaban cuatro horas para maquillarlo y en ésta, sólo una y media.
En general, creo que Guardianes de la Galaxia Volumen 2 es buena a secas. Es entretenida, aunque de repente se siente como que pudo fácilmente durar menos y me hizo carcajearme en algunas partes ‒el cameo de David Hasselhoff es genial‒; pero no logra llegar a la genialidad de la primera. Además, por alguna razón, al final todos los personajes terminan revelando un lado tan increíblemente cursi de ellos mismos que acabé empalagado. Menos mal, en una especie de autoparodia de las películas del Universo Cinematográfico Marvel, hay cinco escenas post-créditos… ni siquiera estoy seguro de haberlas entendido todas.
Y sí: hay otro cameo de Howard the Duck, con la voz de Seth Green.
PARA LA TRIVIA: Gary Oldman, Viggo Mortensen, Christopher Plummer, Max von Sydow, Christoph Waltz y Liam Neeson fueron considerados para el papel de Ego.
El Cinéfilo Incurable 