
DRAGÓN ROJO
Red Dragon
Brett Ratner, 2002
Aunque la novela Dragón Rojo, primera en la Trilogía de Hannibal Lecter escrita por Thomas Harris, ya había sido adaptada al cine en 1986 con la película Cacería humana (Mann), los productores decidieron hacer una nueva versión; ya fuera para completar la trilogía con Sir Anthony Hopkins en el papel de Lecter o porque la cinta original básicamente se hundió en la taquilla. En general, esta película es considerada la más débil de la trilogía original e inferior a Cacería humana, pero ¿realmente es así?

La historia de esta película sucede antes de El silencio de los inocentes (Demme,1991), es decir, a mediados de los 80… aunque el diseño de producción parece esforzarse poco por hacerlo notar. El exagente especial del FBI Will Graham (Edward Norton en un papel que le va bastante bien, aunque antes fuera rechazado por Ethan Hawke y Paul Bettany) es traído de vuelta por el director de la División de Ciencias de la Conducta, Jack Crawford (Harvey Keitel) para que lo ayude a encontrar a un voraz asesino serial, apodado el Hada de los Dientes por la prensa, responsable por un abominable multihomicidio. Para desentrañar el caso, Graham recurrirá a otro asesino psicópata, uno que estuvo a punto de matarlo antes de ser encarcelado por él: el Dr. Hannibal Lecter (Anthony Hopkins quien, en el prólogo de la película, extendido de un pasaje que en el libro sólo se menciona, interpreta una increíblemente poco convincente versión más joven de sí mismo), quien bien podría ser mucho más peligroso que el Hada de los Dientes.

Por supuesto, lo primero que salta a la vista en esta película es cómo la acomodaron para que encajara en el canon de las cintas anteriores ‒por ejemplo, el hecho de que Frankie Faison y Anthony Heald regresen para volver a interpretar a Barney y al Dr. Frederic Chilton, respectivamente‒ y para incluir más al personaje de Hannibal Lecter… probablemente, tratando de desquitar la lanota que Hopkins les ha de haber cobrado por hacer la peli. De hecho, es muy notoria la diferencia entre la novela y la película en cómo ésta se centra excesivamente en el psiquiatra. Por ejemplo, la única entrevista que tiene Graham con Lecter en el libro se divide en varias escenas insertadas a lo largo de la película. Otras escenas que no estaban en el texto de Harris fueron creadas para la peli y muchos diálogos de Lecter en la película en el libro originalmente eran del Dr. Alan Bloom, personaje que quedó fuera de la película.

Lo segundo que me llamó la atención de esta película es que, de hecho, se esfuerza por ser una adaptación fiel de la novela. Por ejemplo, a diferencia de Cacería humana, esta película sí se atreve a mostrar la tortura infligida por Francis Dollarhyde (Ralph Fiennes) al reportero amarillista Freddy Lounds (el increíble Philip Seymour Hoffman en un papel para el que originalmente se había pensado en Jack Black). Anécdota curiosa: para esta escena Hoffman pidió que lo pegaran de verdad a la silla. Un ejercicio interesante en esta película es que se escenifican algunos pasajes que en la novela sólo se mencionan.

Esto nos lleva a lo que me parece uno de los mayores aciertos de la cinta: la construcción del personaje de Dollarhyde. Algo que siempre me frustró de Cacería humana fue la falta de antecedentes para Dollarhyde. Siempre creí que el personaje aparecía demasiado tarde en la película y que, si bien la interpretación de Tom Noonan era excelente, se sentía que estaba desperdiciada con un personaje que era básicamente unidimensional.
Dragón rojo corrige este fallo dándole suficiente backgraound al personaje de Dollarhyde que en esta ocasión es magistralmente interpretado por el británico Ralph Fiennes. También me gustó mucho que, en esta adaptación, Francis no vive en un retirado loft de diseñador, sino en la granja desvencijada que heredó de su abuela como en la novela.
Como lo explica el guionista y teórico cinematográfico Adam Rockoff:
«… Fiennes da un sentido de pathos al personaje que está ausente en el original. Ratner tiene extraordinario cuidado en recordarnos que Dolarhyde, como dice Graham, “no nació siendo un monstruo” sino que fue convertido en uno a través de años de abuso». (2015, p.134. T. del A.)

Con todo, los pasajes de la familia adoptiva de Dollarhyde, que son parte de la clave de por qué se convirtió en un asesino serial, fueron dejados fuera. A final de cuentas, la adaptación más fiel a la novela de Francis Dollarhyde ha sido la interpretada por el actor Richard Armitage para la tercera temporada de la serie de TV Hannibal (2013-2015).
El personaje de Dollarhyde está basado, al igual que los otros dos asesinos de la trilogía (Lecter y Buffalo Bill) en dos personas reales: por un lado, el infame asesino B.T.K. y, por otro, en Dykes Askew Simmons. Este homicida fue internado en el Penal de Topo Chico, en el estado de Nuevo León, por el asesinato de tres hermanos: dos mujeres y un hombre, jóvenes y atractivos los tres. Fue entonces cuando Harris viajó a México para entrevistar a Simmons y, en el mismo penal, conoció al Dr. Alonso Ballí Treviño, quien se convertiría en la inspiración para Hannibal Lecter (para un recuento más detallado de este encuentro, véase mi artículo sobre El silencio de los inocentes).

Hablando de las interpretaciones, sucede algo muy extraño en esta película. El elenco está lleno de buenos actores y las actuaciones no son malas… pero tampoco me atrevería a decir que son precisamente buenas. Justo lo que me llama la atención es que las interpretaciones en esta película son terriblemente disparejas y ni quiera es algo que suceda entre los diferentes actores; sino que el mismo actor no mantiene el mismo nivel de calidad de una escena a otra.
De esto puede inferirse uno de los grandes fallos de la cinta: la dirección. Mucho se ha descalificado a esta película por su director. Brett Ratner es mucho más conocido como director de películas de acción –malas la mayoría de ellas– y sus videoclips musicales que por su trabajo en thrillers psicológicos. Y, aunque no quisiera sumarme a la vox populi, la verdad es que la dirección de esta cinta sí es bastante torpe. Algunas escenas –como la pelea entre Graham y Lecter al inicio de la cinta, que sí se ve medio barata– no llegan al tono que deberían llegar.

Otro aspecto interesante de la película es su fotografía y quizá lo más curioso en este rubro es que ésta corrió a cargo de Dante Spinotti, quien también se encargó de la fotografía de Cacería humana. Si bien Spinotti continúa con sus tomas de colores sobresaturados al estilo de los ochenta, en esta película se le ve un poco más de propuesta: usa tonos fríos y azules en la mayoría de las tomas que contrastan con los tonos cálidos y rojizos que usa en las escenas en las que Dollarhyde actúa como el Dragón Rojo. Empero, la fotografía resulta más bien fallida a nivel técnico en varias escenas.
Sobre estas decisiones, Rockoff comenta:
«Si hay algo que Ratner no es, es estúpido, y estaba más que al tanto de que tanto los críticos como los fans estarían buscando sangre. Anticipando lo cual, dio una serie de astutos golpes preventivos con Dragón Rojo. El escritor Ted Tally, quien ganara el Oscar por El silencio…, fue traído para escribir. El cinematógrafo de Cacería humana, Dante Spinotti, regresó con una estética enteramente nueva…» (2015, p. 133. T del A.)
Quizá uno de los más grandes aciertos de esta película sea la música. Compuesta por el recurrente colaborador de Tim Burton, Danny Elfman, la música de la cinta se aleja de los leit motivs y de todo aquello a lo que nos tiene acostumbrados el californiano, y trata de ser más atmosférica y sutil. Me parece que la partitura de Elfman verdaderamente otorga un valor agregado a la cinta y compensa, tan sólo en algunos momentos, la tibieza del tono.

Lo que sí odié de la película fue su complejo de “precuela”, pues Ted Tally, quien también escribiera el guión de El silencio de los inocentes, no pudo resistirse a la tentación de incluir un epílogo completamente innecesario que liga a esta película directamente con El silencio…
A pesar de todos sus fallos la verdad es que la película es entretenida y tiene muy buen ritmo. Es mucho más fiel a la novela de Harris que la versión anterior, aunque eso sí, se va rapidísimo para tratar de condensar un montón de información en poco tiempo. También, de las cuatro películas, creo que es la que tiene mejor cohesión narrativa después de El silencio… y creo que puedo decir que la disfruté mucho más que Cacería humana y, sin duda, más que Hannibal (Scott, 2001).

Dragón rojo es una película competente, aunque sí le pesa la falta de habilidad de su director. Como cabría esperar, a esta película se le nota lo “comercial” y apenas si logra superar el estatus de mera ilustración del material fuente. Hay que decir, eso sí, que la novela es la más débil de la trilogía por razones obvias: el estilo de Harris aún no estaba tan depurado.

A final de cuentas, siendo muy quisquilloso, creo que uno puede sólo ver El silencio de los inocentes y obviar las demás sin culpa… y de Hannibal: el origen del mal, novela que fue escrita por Harris bajo coerción de Dino de Laurentiis y que ni él mismo considera “canon”, mejor ni hablar.

PARA LA TRIVIA: Tanto Anthony Hopkins como Ralph Fiennes, Edward Norton y Phillip Seymour Hoffman rechazaron la oferta original para participar en esta película. Fue el regreso de Ted Tally, guionista de El silencio de los inocentes, lo que los convenció de participar.
PARA LA TRIVIA GEEK: El flautista que enfurece a Lecter con su mala interpretación es Benjamin Raspail, quien es servido en la cena al inicio de la película. En El silencio de los inocentes, Clarice Starling encuentra la cabeza de Raspail dentro de un frasco entre las pertenencias decomisadas a Lecter.

Bibliografía
Rockoff, A. (2015). The Horror of It All, Scribner, New York.


