VIERNES 13 PARTE III
Friday the 13th Part III
Steve Miner, 1982
Existen múltiples versiones de esta película: La versión original sin censura que se estrenó en cines, misma que se ofreció en formatos 2D y 3D –en un número limitado de salas debido a la escasez de proyectores 3D en la época– y la versión para formatos caseros que también se ha comercializado en 2D y 3D, tanto en VHS como en DVD y Blu-Ray. La diferencia entre ambos cortes son las escenas de asesinatos, que son mucho más explícitas en la versión original, así como un par de escenas topless. Según sé, la única vez que se comercializó la versión sin censura en formato casero fue en la edición holandesa para VHS.
No puedo negarlo: Me encantan las películas de Viernes 13. Y tampoco puedo negarlo: son malísimas. Siendo objetivo, creo que la única película de la franquicia que más o menos vale la pena es la primera. Muchos fans y críticos consideran que la segunda es mejor, pero la cuestión de que el planteamiento de la segunda película básicamente niega a la primera como que nunca me convenció. Sea como fuere, Viernes 13 fue una de las franquicias más longevas y populares del cine de horror; pero, sobre todo, una de las más redituables; por eso las hacían cada año. Eran cintas que costaban poco y ganaban mucho –Viernes 13 parte III costó poco más de 2 millones de dólares y recaudó casi 37–.
Esta tercera entrada de la saga fue, además, una de las pioneras en la moda ochentera del cine en 3D. Siempre que la afluencia a las salas de cine disminuye, los productores echan mano del cine en 3D para hacerlo parecer novedoso. Lo hicieron en los 50, cuando la gente dejó de ir a los cines por preferir quedarse en casa viendo televisión; lo hicieron en los 80, cuando el público dejó de ir al cine porque podía rentar películas en video y verlas en la comodidad de sus hogares sin censura y sin comerciales; y lo están haciendo ahora –aunque ya está bajando un poco la tendencia, en realidad–, cuando la gente dejó de ir al cine porque podía ver las películas en Alta Definición en sus casas gracias a las plataformas digitales.
Viernes 13 parte III comienza justo donde se quedó la anterior –de hecho, como en la cinta anterior, el prólogo de la peli es metraje reciclado de Viernes 13 parte 2 (Miner, 1981) que ni siquiera se tomaron la molestia de transferir a formato 3D–, cuando Jason (el trapecista británico Richard Brooker) sobrevive milagrosa e inexplicablemente al ataque de Ginny. El asesino deforme se retira a su cabaña en el Lago Cristal para reponerse y justo a tiempo para recibir a un grupo de estudiantes universitarios que piensan pasar un fin de semana de reventón en una casa aledaña al lago. Hay también por ahí una banda de motociclistas que poco viene al caso y que también serán víctimas del niño Voorhees.
Y como la peli inicia al final de la cinta anterior, en realidad sucede en sábado 14 y domingo 15… curioso, ¿no?
Originalmente, Ginny (Amy Steel), de la película anterior, regresaría en esta cinta. El personaje estaría traumatizado por los eventos de la peli anterior y Jason la rastrearía hasta el hospital psiquiátrico en el que se encontraría recluida, dando cuenta del staff y de otros pacientes… vamos, básicamente se iban a piratear el argumento de Halloween II (Rosenthal, 1981). Pero cuando Steel rechazó repetir el papel para dedicarse a otros proyectos, la idea se desechó.
Quizá el elemento más importante de esta película es que en ella termina de definirse al personaje de Jason Voorhees –al menos hasta que lo replantean en Viernes 13 parte VI: Jason vive (McLoughlin, 1986)–. En esta cinta la vemos por primera vez con su careta de hockey, misma que no sólo se volvería un icono de la franquicia, sino del subgénero slasher mismo. El director no quería volver a usar el costal con el que Jason se cubría el rostro en la cinta anterior porque sentía que se parecía demasiado a El hombre elefante (Lynch, 1981), estrenada el año anterior. Así pues, la idea de la careta de hockey fue de Martin Jay Sadoff, supervisor de efectos 3D de la película, quien era un asiduo fan del deporte.
También es curioso que sea la primera –y quizá la única, no lo recuerdo bien– película de la saga en la que no aparece una chica rubia.
La película es, curiosamente, una de las menos sangrientas de la saga. Según se sabe, espectaculares escenas de asesinatos fueron filmadas para la cinta; pero tuvieron que ser retiradas del corte estrenado en cines para evitar la temida clasificación X (para mayores de 21 años). Algunas eran demasiado sangrientas, otras demasiado reales y otras simplemente grotescas. Todavía después de que se retiraran dichas secuencias, las escenas de asesinatos fueron aún más recortadas, junto con las escenas de reacción de las víctimas, mayormente debido a la presión que varias asociaciones de padres de familia ejercieron sobre la película, cuya franquicia ya tenía muy mala fama para entonces.
El resto de la cinta es, objetivamente hablando, bastante olvidable. La narrativa es floja y por momentos hasta aburrida. Es decir, tratan de meterle suspenso al asunto; pero la verdad es que el suspenso sólo funciona si lo que se está contando es interesante. Y como a las escenas de muertes les bajaron mucho el tono, los momentos de horror en los que debería culminar el suspenso simplemente no se dan.
Tampoco hay desnudos como en las pelis anteriores… ¡Vaya desperdicio del 3D!
¿Y qué creen que tampoco hay? ¡Personajes! Muchos de los personajes que aparecen en pantalla son demasiado simples o son clichés… o son personajes simples que la franquicia volvería clichés en las siguientes entradas, como los pachecos o el chistocito que sólo trata de encajar en el grupo. Incluso Chris (Dana Kimmell), nuestra Final Girl para esta entrega, es poco interesante y cuesta trabajo conectar con ella; además de que es curioso que se trate de una chica traumatizada por un encuentro anterior con Jason.
Si a los personajes pobremente escritos se le añaden actores poco competentes, entonces no hay mucho qué esperar. Es muy chistoso cómo uno puede ver escenas pasar y pasar sin que ninguno de los actores actúe. Empero, no es completamente su culpa. Según testimonios, el director estaba mucho más preocupado por pedirles a los actores que improvisaran acciones absurdas tratando de descubrir qué se vería bien en 3D que en realmente dirigirlos.
La falta de una idea sólida que sostuviera la película se nota en el montón de homenajes y referencias que esta tercera parte le hace a la primera. Además de que agrega elementos de comedia y, si no veo mal, también hace varias referencias –o de plano se fusila olímpicamente– a varias secuencias de La masacre de Texas (Hooper, 1974).
Sin embargo, creo que lo que más me gusta de esta película es el tema musical. No sé por qué a Harry Manfredini se le ocurrió que sería buena idea hacer una versión disco del tema que compusiera para la primera película, pero gracias a los dioses que lo hizo… No importando que la música disco estuviera muerta y enterrada en Estados Unidos para el momento. El resultado es tan kitsch que creo que vale la pena ver la peli nada más por escuchar esa versión del tema de Viernes 13.
Viernes 13 parte III fue una de las primeras cintas en rodarse con nueva tecnología 3D en los 80. Fue también la primera película en 3D de Paramount Pictures desde 1954, cuando estrenaran Ulises (Camerini) con Kirk Douglas y Silvana Mangano. Por esto mismo, quizá el 3D no termina de funcionar tan bien –hablo de la versión casera, no tengo idea de cómo se haya visto en el cine–. Además de que algunas tomas se notan inseguras y la película se la pasa recordándonos que está en 3D al lanzar cosas completamente random hacia la cámara (palos, arpones, trinches, un ratón, una serpiente, etc.). Por si fuera poco, se sabe que, aunque la película fue barata de producir, Paramount gastó alrededor de 10 millones de dólares más en acondicionar las salas de cine para proyectarla en su formato de 3D.
Creo que esta película me despierta sentimientos encontrados. Como fan de la saga puedo decir que es de mis favoritas porque en ella Jason obtiene su máscara y es en la que se definen la dinámica de la serie, así como los tipos de personajes, por no mencionar el soundtrack. Como crítico puedo decir que es una de las entradas más débiles en una franquicia que ya de por sí es débil. Creo que, a final de cuentas, uno debe ver esta cinta con el pleno afán de divertirse y sin esperar demasiado de ella o tomársela muy en serio. Tengan a la mano pizza y cervezas.
Por cierto, la peli está filmada mayormente en colores pardos para evitar que los vestuarios o los decorados interfirieran con el efecto 3D.
PARA LA TRIVIA: Para evitar que se filtrara información sobre la película –y, según dicen las malas lenguas, por conflictos con sindicatos–, el proyecto se manejó con el nombre clave de Crystal Japan durante la producción, retomando el título de una canción de David Bowie. Esto inauguró una tradición/chiste local en el que cada película de la franquicia recibía por nombre clave el título de una canción de Bowie.
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