VIERNES 13 PARTE VI: JASON VIVE. Mucho mejor que las dos anteriores… aunque no es decir mucho.

VIERNES 13 PARTE VI: JASON VIVE

Friday the 13th Part VI: Jason Lives

Tom McLoughlin, 1986

“Mientras sigan aplaudiendo, Chente sigue cantando”… Y, mientras la gente seguía viendo las películas de Viernes 13, el estudio las seguía produciendo… independientemente de ser causa de vergüenza y escarnio para ellos, porque, bueno, la película anterior de la saga costó un poco más de 2 millones de dólares y recaudó más de 8 sólo en su fin de semana de estreno y eso le quita la vergüenza a cualquiera, cómo no.

    De tal suerte, Paramount Pictures dio una amplia libertad creativa al director y guionista Tom McLoughlin para que creara una nueva entrada de la franquicia con una condición: Jason Voorhees debía regresar, sin importar cómo.

    Tras los eventos de Viernes 13: Un nuevo comienzo (Steinman, 1985), el joven Tommy Jarvis (Tom Matthews, quien fue casteado luego de que John Shepard, quien protagonizara la cinta anterior, se rehusara a aparecer en ésta, pues se había vuelto a la fe cristiana) regresa al pueblo de Forest Green –antes conocido como Crystal Lake, pero al que le cambiaron el nombre tras la infamia de las masacres de Jason Vorhees– para destruir de una vez por todas al psicópata enmascarado. Para ello, exhuma el cadáver de Jason (interpretado al principio por Dan Bradley, a quien los ejecutivos del estudio consideraron demasiado gordo para el papel y fue sustituido por el exmarine sin entrenamiento como stunt C.J. Graham) de su tumba en medio de una tormenta para destruirlo. Sin embargo, un rayo golpea el cuerpo de Voorhees y lo devuelve a la vida. El campamento de verano Forest Green –antes Crystal Lake– ha abierto sus puertas para los niños y el asesino de la máscara de hockey está ansioso por volver a su antiguo pasatiempo; por lo que, una vez más, será la tarea de Jarvis detenerlo… si la suspicaz policía local no lo detiene antes a él.

    Mientras que las dos entradas anteriores de la franquicia habían sido de una calidad por demás dudosa, esta sexta parte… también; pero no es tan mala como la cuarta y la quinta películas. De hecho, parece que para esta cinta los realizadores ya habían caído en cuenta de que nadie se las tomaba en serio y decidieron tomar un rumbo diferente que incluso la acerca a ¿una película familiar?

    ¡Ah! ¿Por dónde empezar? Debo decir que, a diferencia de la cinta anterior, sí disfruté esta iteración de Viernes 13. Y la disfruté mucho. Digo, no esperaba nada de ella; pero me hizo reír y sí pasé un buen rato con ella.

    Por supuesto, lo primero que uno nota con estas cintas es la calidad de la actuación… o la falta de ella. Las interpretaciones de todos son hilarantes e incluso da risa el que su vis comica, que consiste principalmente de unos godínez jugando paintball, no dé risa. No estoy seguro de cómo explicarlo, es un efecto raro.

    Y luego, por supuesto, está el guión. A diferencia de las dos películas pasadas, el guión de esta cinta tiene un poco de cohesión y se nota bastante más pensado. O sea, parece que lo escribió un chavito de secundaria; pero por lo menos cuenta una historia.

    Creo que las cintas de Viernes 13 cada vez iban pareciéndose más a un episodio de Scooby Doo. Además, esta película se nota que ya abiertamente se la tomaron a guasa. Está llena de situaciones inverosímiles que son mostradas, a diferencia de sus predecesoras, de formas casi chuscas y está llena de humor referencial: se refieren a la Estación Carpenter y el Camino Cunningham y la tienda Karloff, y que el apellido del sheriff es Garris; el nombre de uno de los personajes es Sissy (Renée Jones), probablemente en alusión a Sissy Spacek, y dicho personaje lleva una sudadera con el apellido Baker, que podría ser una referencia a Angela Baker, protagonista del slasher Campamento de verano (Hiltzik, 1983)… o al genio del maquillaje Rick Baker. Por otro lado, el nombre de la niña que se despierta gritando que vio un monstruo es Nancy, como guiño a Pesadilla en la calle del Infierno (Craven, 1984); por no mencionar que la película inicia con un primer plano de un animal muerto en la carretera como lo hiciera La masacre de Texas (Hooper, 1974) y… bueno, luego son dos tipos en un cementerio en medio de una tormenta, uno de ellos chistosito ¿eso es una referencia a Hamlet?

    Pero luego, y esto es interesante, la película va más allá por momentos y hace chistes autorreferenciales. El más evidente de los cuales es aquel en el que el sepulturero de plano rompe la cuarta pared se burla de que Jason siga volviendo después de que lo han matado tantas veces. Años después, Kevin Williamson, quien escribiera el guión de Scream (Craven, 1996), mencionó esta escena como la mayor influencia para dicha película.

    Para el tema musical, Harry Manfredini básicamente se piratea el Dies Irae de la Symphonie Phantastyque de Hector Berlioz, que también usara, poco más de un lustro antes, Satnley Kubrick como tema principal de su película El resplandor (1980). Por cierto, en esta cinta casi no se escucha el tradicional “Kill-kill-kill, mom-mom-mom!” de la saga.   

    Y el guión sí da risa… ¡pero por malo! Al menos durante la mayor parte de la película. Muchos de los chistes se hunden como el Titanic; aunque sí hay un par que funcionan. Pero creo que es más graciosa la estupidez de todo el asunto, desde que Jason revive con una lápida de hierro funcionando como pararrayos, pasando por su intro a la James Bond o Jason atravesando una pared al estilo de Kool-Aid Man y saltando hacia una lancha a la Flipper, hasta llegar a caer en cuenta de que, si Tommy no hubiera profanado la tumba de Voorhees en primer lugar, nada de esto habría pasado.

     Ahora que lo pienso… ¿cómo supo Tommy la forma de detener a Jason? Se supone que deben devolverlo al lugar en el que se ahogó por primera vez… pero si le hacemos caso a Viernes 13 partes 2, 3 y IV… Jason nunca se ahogó –ahora bien, que Jason no se ahogara, básicamente niega toda la premisa de la primera Viernes 13 (Cunningham, 1980)–… y, de hecho, en la cinta anterior, se menciona que Jason fue cremado, así que ni siquiera debería haber un cadáver que pudiera resucitar. O sólo que sea una de esas secuelas que mandan a la goma todo lo que se dijo en las anteriores; pero, si es así, ¿por qué es la tercera película en la que aparece Tommy Jarvis –interpretado en cada iteración por un actor diferente, de hecho–? ¿Qué rayos está pasando?

    Debo admitir que lo que más me impresionó de esta película fue el bajón de tono. Las escenas de muertes son increíblemente más sutiles que en todas las cintas anteriores. Del mismo modo, en esta película no hay desnudos –es la única peli de la sagaque se distingue por eso– e, incluso, hay una escena de sexo de lo más ridículo –digo, no es que las anteriores no lo fueran, sólo que ésta sí ya está en tono de parodia–. Por otro lado, está la cuestión de que me parece que ésta es la primera cinta en la que, de hecho, hay niños en el campamento –no hay ni un atisbo de siquiera algo parecido a la diversidad étnica; pero ahí están–. Y todo esto me lleva a preguntarme: ¿Estaban tratando de hacer de Viernes 13 parte VI una película apta para adolescentes y adultos? Como sea, la cinta sí resiente este pudor.

    Con todo, la película era mucho más lighten su primer corte, así que se filmaron escenas de muerte adicionales que no estaban en el guión original.

    Viernes 13 parte VI: Jason vive es una película completamente atípica en esta saga. Incluso, me atrevería a hablar de una especie de “renacimiento” con ella… a nivel creativo, al menos. Ya tan pronto como en 1986, McLoughlin concibió una película slasher que fuera sátira de las películas slasher, autorreferencial y autoconsciente, y se siente como una bocanada de aire fresco en una franquicia que, se suponía, debió terminar dos películas antes. Además, las rolitas de Alice Cooper se disfrutan bastante.   

    Aunque la cinta costó 3 millones de dólares y recaudó 18 sólo en su corrida original en cines –estas películas hacían aún más dinero en rentas en video–, fue la primera cinta de la franquicia en no superar los 20 millones de dólares en taquilla y marcó el inicio de la debacle en la popularidad de la saga.

PARA LA TRIVIA: Tiempo después de filmar esta cinta, la actriz Kerry Noonan audicionó para un papel en una película slasher titulada Birthday Bash, en la que el asesino se llamaba “Ethan”. A media audición, Noonan preguntó: “¿Ésta es una película de Viernes 13? Porque ya estuve en una de ésas…”. En efecto, Birthday Bash e Ethan fueron el título y nombre falsos usados por la preproducción de Viernes 13 Parte VII: sangre nueva para evitar que la información sobre el rodaje se filtrara a la prensa. Durante la filmación, el título falso fue cambiado por Aladdin Sane, haciendo un juego de palabras con A Lad Insane (Un muchacho demente).

Viernes 13

Viernes 13, parte 2

Viernes 13, parte III

Viernes 13: El capítulo final

Viernes 13: un nuevo comienzo

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